Agresión en las aulas

Se suele asignar como un signo de inmadurez, muy típico en las aulas de chicos y chicas entre 12 y 17 años (Secundaria Obligatoria), la falta de respeto hacia el profesor. Otros achacan que se trata de una falta de educación claramente.
Podemos entrar en un colegio, acceder a un aula de Segundo de la ESO y quedarnos allí con el permiso del profesor durante dos horas observando. Es prácticamente seguro que en esas dos horas podemos observar a chicos que hablan e interrumpen la explicación del profesor, así como chicos que se levantan y andan por la clase interrumpiendo la tarea de los demás e incluso podemos presenciar alguna discusión en la cual el alumno llega a faltar el respeto al profesor.

Digo que es prácticamente seguro encontrarnos esta situación porque hoy en día parece ser algo muy normal. Sí, la falta de respeto y educación están presentes en las aulas de muchos institutos de Secundaria en nuestro país.

El mal comportamiento no sólo impide que el profesor no desarrolle su trabajo como desea y que se le falte el respeto, sino que también influye en la eficiencia escolar de los chicos.
Un chico que se comporta mal en clase y que influye en el comportamiento de otros de sus compañeros tiende a tener un bajo rendimiento escolar.

Se debe intervenir para intentar mejorar el comportamiento del alumno, para mostrarle y enseñarle unos valores, tales como: el respeto, la educación o el esfuerzo. 
Deben evitarse estas situaciones, en las que incluso muchos profesores llegan a ser agredidos por alumnos. 
Suman una cifra considerable los profesores golpeados y agredidos gravemente en España, aquí os dejo una noticia de hace unos años en la cual un chaval de 15 años de edad agredió brutalmente a un profesor.

http://www.informativos.telecinco.es/violencia-escolar/profesor-valencia/grabacion-movil/dn_35092.htm


Sin duda, hay que tomar medidas.

Pero después de toda esta realidad está ocurriendo a la orden del día, más impresionada quedé aún cuando hace días navegando por la red encontré un vídeo en el cual un profesor humillaba y agredía también mediante un borrador a un alumno. El chico interrumpía la clase con bromas y el profesor cansado de su actitud le lanzó un borrador a la cara. Las imágenes hablan por sí solas.