"Hasta para los animales serviría...pero prefieren tirarlo antes que dárselo a las personas”.
De esta forma se lamenta uno de los trabajadores del Mercado de La Boqueria de Barcelona encargado de tirar a la trituradora los alimentos que sobran a diario en los puestos de comida. Unos quinientos kilos que son destruidos ante la mirada atónita de algunas personas que intentan rescatar algunos restos para comer.
Mientras unos pasan hambre y viven en condiciones precarias por su situación económica, los mayores supermercados del país arrojan y desperdician comida diariamente. Todos aquellos productos que están cerca de la fecha de caducación (sin tan siquiera llegar a ella) son arrojados a los vertederos.
¿No sería más fácil, poner a un precio mucho más barato estos productos y darles salida, o bien directamente regalarlos a aquellos que no tiene algún alimento para llevarse a la boca?
No, es más fácil desperdiciarlos, y que otros muchos vivan su día a día como un auténtico suplicio.
Pero esta es la realidad. Hasta para los animales servirían, para su alimento, pero tampoco, tampoco es suficiente.
¿Esto es justo?
Miles de millones de personas que mueren en el tercer mundo por hambre, miles de personas durmiendo en las calles en países no tan pobres sin un solo alimento, ¿esto es lo normal?
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